En este día intergaláctico: que la fuerza os acompañe
, May the force be with you
.
Las flores llenan los balcones de mi hogar. El tiempo del reinado de la corte dorada ha llegado. Quiera que en la primavera de este año se abran las fragantes flores que espero y que a través de los meses maduren los frutos de un mundo nuevo.
Mientras esperamos el tercer volumen de la trilogía de Patrick Rothfuss, nos tenemos que contentar con La música del silencio, un breve relato en el que podemos aprender más cosas sobre uno de los más curiosos personajes de la saga, Auri.
Este libro, marcadamente poético, es un maravilloso interludio con el que descubrir una parte del mundo que ha creado Rothfuss. No es un libro para todos pero sí es un libro para los que amamos los detalles, para los que buscamos la belleza en los momentos cotidianos y, como dice el libro, para aquellos que estamos un poco dañados ahí fuera. Quizá no era lo que esperaba; por supuesto que no es una continuación, pero, afortunadamente ha llegado a mis manos, gracias, Patrick, por hacerlo posible.
Hay instantes preciosos en la vida que llenan los vacíos por venir. En ese momento, quizá no nos demos cuenta pero el tiempo en su devenir eterno nos los muestra claramente.
Para aquellos que saben mirar atrás, mis mejores deseos.
He vuelto a releer Momo de Michael Ende y como esperaba no me ha defraudado. He disfrutado de esta nueva lectura en la que la mavillosa niña de todos acompañada de Casiopea vence a los hombres de gris. Como ya he dicho alguna vez, la obra de Ende tiene numerosos niveles de lectura y puede llenar a gente de todas las edades. Termino con una frase del coleccionista de relojes.
-No, Momo -contestó el maestro Hora-. Esos relojes no son más que una afición mía. Sólo son reproducciones muy imperfectas de algo que todo hombre lleva en su pecho. Porque al igual que tenéis ojos para ver la luz y oídos para escuchar los sonidos, tenéis un corazón para percibir, con él, el tiempo. Y todo el tiempo que no se percibe con el corazón está tan perdido como los colores del arco iris para un ciego o el canto de un pájaro para un sordo. Pero, por desgracia, hay corazones ciegos y sordos que no perciben nada a pesar de latir.
De nuevo, en el país del norte, con un tiempo maravilloso, disfrutando de los caminos nuevos y de los recuerdos viejos.
Hoy he tenido el honor de asistir a la presentación de la opera prima de mi amiga Laura Rubio, un cómic en el que se descubre a ella como la artista que realmente es y en la que presenta lo que podría ser un mundo fantástico lleno de aventuras.
Sopla el viento y los días de la corte oscura tocan a su fin. Las flores comienzan a llenar los campos. Los días ya son más largos que las noches. Llega el reinado de la luz.
Tras varios meses de intensa lectura, después de recorrer los veinte libros de la saga de La rueda del tiempo he llegado al final de la epopeya de Robert Jordan.
Tremendamente satisfecho con la evolución de los personajes, como se entrelazan las vidas de unos con otros y la riqueza y profundidad del mundo creado por el señor Oliver. Un gran viaje de un héroe en la que el personaje principal debe descender a las tinieblas, a sus propias tinieblas, para hallar la luz, para descubrir de nuevo cómo reír y cómo llorar
. No quisiera estropearos el placer de descubrir vosotros mismos los entresijos de la historia pero me permito un pequeño homenaje a mi personaje favorito: larga vida a Egwene al'Vere.
Dif-tor heh smusma.
Hoy, Leonard Nimoy, Spock ha emprendido la última gran aventura, el último viaje. Con el tiempo, a través de múltiples transformaciones, su cuerpo revertirá en polvo estelar reuniéndose con su espíritu y alcanzando así la eternidad. Sin embargo, él ya es eterno. A través de una simbiosis perfecta entre el actor y su personaje, encarnando los ideales de uno en el otro, su mito perdurará entre nosotros como un ejemplo a seguir.
Larga vida y prosperidad, amigo.
En este día en el que muchos cantan a su amor y en el que otros buscan a su amor, un poema en su recuerdo.
Tus manos temblorosas
recogidas en las mías
y la mirada brillante
alzándose lentamente.
Tu cuerpo cercano
que mi brazo sostiene
y tus dedos que buscan
hombros donde apoyarse.
Tu mejilla en el dorso
de mi mano es tan suave
y cierras los párpados
en el roce de unos labios.
Tu cuerpo cálido
me rodea con fuerza
y no hay distancias,
tan sólo encuentros.
En los días oscuros, buscamos momentos para descubrir que la oscuridad no siempre vence, que basta una luz para cambiarlo todo.
Para aquellos que saben llevar la luz allá donde se necesita, mis mejores deseos.
Queridos Magos de Oriente.
En el conocimiento de vuestra sabiduría, no siempre escribo mis deseos en un trozo de papel y, salvo por este arcano de electrones moviéndose entre átomos que llevan a las ilusiones de luz, sólo los lanzo al viento con la certeza de que son escuchados.
En estos años oscuros, en los que las fuerzas que tienen el poder se acercan, por lo general, más a los designios de la noche, me gustaría que encontrasen el camino del trabajo por los demás, del bien común, de la bondad y de la luz. Ojalá, mis mejores Magos, encontréis la forma de llevarles mi regalo: la sabiduría y el valor de escoger la senda luminosa. Para los más cercanos, un mundo un poco mejor, lleno de sonrisas y de momentos que compartir. Para mí, sueños que perseguir, horizontes a los que llegar y momentos esperados que se hagan realidad.
Hasta la próxima,
Joaquín.
Como cada nuevo año, nos prometemos a nosotros mismos no caer en los mismos errores, mejorar un poquito cada día. Sin embargo, nuestros empeños no suelen durar. Espero que la ilusión de este día me dure mucho tiempo y que, si fuera necesario, hacer de cada día un primero de año.
Puedes contactar conmigo en: maese_j@hotmail.com